Proclama a miña alma a grandeza do Señor,
alédase o meu espírito en Deus o meu Salvador”








2.4.07

Domingo de Ramos


Lucas 19, 28-40


En aquel tiempo Jesús echó a andar delante, subiendo hacía Jerusalén. Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, mandó a dos discípulos, diciéndoles:

- "Id a la aldea de enfrente; al entrar, encontraréis un borrico atado que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis ?", contestadle: "El Señor lo necesita".

Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron:

- "¿Por qué desatáis el borrico?"

Ellos contestaron:

- "El Señor lo necesita."

Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus manos y le ayudaron a montar, Según iba avanzando, la gente alfombraba el camino con los mantos. Y, cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos, por todos los milagros que habían visto, diciendo:

- "Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto."

Algunos fariseos de entre la gente le dijeron:

- "Maestro, reprende a tus discípulos."

Él replicó:

- "Os digo que, si éstos callan, gritarán las piedras."

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