El pasado miércoles, 10 de abril, tuvimos la reunión mensual
de la Escuela de Catequistas, esta vez una asistencia un poco más reducida.
Nuestro encuentro comenzó poniendo en común las
celebraciones de la Semana Santa en cada una de las Parroquias, María Auxiliadora
señaló como destacable que cada vez había por parte de los asistentes una mayor
comprensión de la liturgia, Santo Tomás destacó la catequesis impartida a los
jóvenes para que la participación fuese más consciente, Santo Tomás la
participación y la disponibilidad de toda la comunidad y Santa María de
Pastoriza la esmerada preparación de cada una de las celebraciones. En casi
todas las parroquias después de la Vigilia Pascual se compartió la rosca y un
poco de chocolate.
La oración estuvo centrada en los Hechos de los Apóstoles,
en torno al testimonio de Pedro y Juan ante el Sanedrín “no podemos dejar de
hablar de aquello que hemos visto y oído”
La parte expositiva se centro en “fe y testimonio”.
Dialogamos, con la carta de D. Julián como fondo, sobre el significado de ser
testigos –el que ha visto, comprende lo que ha visto y se compromete con ello-
, la urgencia de testigos del momento actual de la Iglesia, las formas del
testimonio, la palabra y la vida, y cómo este testimonio debe llevar a una
presencia del cristiano en el mundo, en las plazas públicas, y como debe ser
una propuesta des sociedad nueva en el la línea de los valores de Jesús:
gratuidad, servicio, generosidad,…
El diálogo fue profundo y prolongado, como acceder a los
jóvenes, los frutos del plan pastoral, etc.
Ya casi cerca de las diez de la noche oramos pidiendo a
María Auxiliadora su asistencia en esta responsabilidad de hacer presente a
Jesús resucitado.
Quedamos todos comprometidos para la próxima reunión en la
que presentaremos el Sínodo diocesano.
Luis Miguel